sábado, 31 de enero de 2015

Tengo la soledad de quién no valora nada,
la desesperación de quién busca unos ojos y no los encuentra,
la pena que me produce mirar al resto,
y una dependencia que me apuñala a cada segundo.

Porque sencillamente me producís rechazo.

Tengo tantas ganas de reventar,
de descomponerme en mil pedazos,
de saltar por los aires,
de esparcir mis pensamientos por ningún lugar,
de contaminar vuestro ambiente con mis restos,
y de dejar de ser yo
para ser un poco más nada,
que resulta enfermizo.

Porque sencillamente os repudio a todos,
a cada célula que os constituye.

Tengo también este odio que me corroe,
este asco que me enajena,
este ímpetu de llevaros por delante
y esta animadversión que me emana por cada poro.

Porque sencillamente cada día me vuelvo un poco más alérgica al ser humano.
porque sencillamente,

me dais asco.