domingo, 15 de noviembre de 2015

No voy a mentirte;
me dueles un poquito.

Serán tus gestos de indiferencia
sumados a mi afán por saber
si son simulados o no.

O será ese vaivén
con el que paseas
tu sonrisa barata de búrdel
haciendo esfuerzos por no quebrarse.

Incluso tal vez me duelas
por ser incapaz de aceptar
que soy yo,
quién realmente te crea
conforme a mí antojo,
en respuesta a una necesidad.

O porque sigo creyendo firmemente
que te comprendo,
que las palabras atan a las personas,
y que un mismo pensamiento
pudo llegar a sernos unánime.

Probablemente sea aquello
por lo que me duelas.

Probablemente sea aquello
por lo que mis preguntas
cada día estén más huérfanas
de respuestas.

Y probablemente el problema resida en mí,
en mi anhelo de creer conocerte,
en mi interminable miedo a reconocer
lo desconocidos que siempre fuimos.

No voy a mentirte,
en realidad,
hoy me dueles mucho.

jueves, 12 de noviembre de 2015

La libertad de quién no debe nada,
de quién dinamita cada indicio de ilusión,
de quién bombardea cada ínfimo rastro de cariño sin excepción alguna.

El placer de pasearse por el umbral de las decepciones con indiferencia,
de destruirse sin pretextos,
de estallar en mil pedazos.

viernes, 6 de noviembre de 2015

III

Sufro por esta necesidad que me apuñala,
por esta nimiedad irremediable,
y este vacío materializado en grietas
que trato de cubrir a cada minuto
con un inútil tabique de vicios.

Por la capa de adobe 
con la que me revestí,
convirtiéndola en usual costumbre,
sin cuestionarme si quiera 
su utilidad.

Sufro por lo inerte,
por ser culpable de una insensibilización innecesaria 
como respuesta a cualquier problema,
por esta capacidad de desentenderme
y por estos ojos que rehuyen
cualquier ademán de apego.

Luego acude a mí este cansancio,
este desencanto vital prematuro,
y se adhiere a mis ojeras..
tan inapetente,
tan alicaído,
tan cotidiano ya.

Pero nunca nada acontece,
ni se aproxima,
nada ocurre,
ni avanza.

Más que este insustancial 
sabor de boca 
a carencia.

Más que el tiempo.