domingo, 15 de noviembre de 2015

No voy a mentirte;
me dueles un poquito.

Serán tus gestos de indiferencia
sumados a mi afán por saber
si son simulados o no.

O será ese vaivén
con el que paseas
tu sonrisa barata de búrdel
haciendo esfuerzos por no quebrarse.

Incluso tal vez me duelas
por ser incapaz de aceptar
que soy yo,
quién realmente te crea
conforme a mí antojo,
en respuesta a una necesidad.

O porque sigo creyendo firmemente
que te comprendo,
que las palabras atan a las personas,
y que un mismo pensamiento
pudo llegar a sernos unánime.

Probablemente sea aquello
por lo que me duelas.

Probablemente sea aquello
por lo que mis preguntas
cada día estén más huérfanas
de respuestas.

Y probablemente el problema resida en mí,
en mi anhelo de creer conocerte,
en mi interminable miedo a reconocer
lo desconocidos que siempre fuimos.

No voy a mentirte,
en realidad,
hoy me dueles mucho.

7 comentarios:

  1. Es asombroso cómo intentamos disimular y enmascarar la verdad... sobre todo hablando de dolor...
    un besoo!

    ResponderEliminar
  2. La única realidad que conozco es que nunca terminamos de conocer a una persona.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. A veces para dar de comer a nuestras necesidades transformamos a las personas, modificamos las situaciones, pintamos futuros que no son y suspiramos por sueños imposibles.
    Supongo que eso también forma parte de vivir.
    Que todos tus sueños te abracen algún día.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Ojalá supiéramos que hacer con todo ese dolor...
    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Cuánto dolor, cuando uno se da cuenta de que quien tiene en frente no es más que un desconocido aunque sigamos guardando la esperanza de todo lo contrario. El dolor no hace más que crecer...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Me ha encantado cómo hablas del desamor.
    Muy poético, lleno de dolor y sentimiento.. Yo también he sentido eso alguna vez. Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Creo que fue Batania el que dijo: "no te lo creas tanto, el 90% de tu belleza procede de mi forma de mirarte" y tenía toda la razón. En ocasiones idealizamos demasiado y cuando nos damos cuenta de que la realidad no se parece a lo que nuestra cabeza monta. Viene el dolor...

    Pero si no se arriesga...no se gana.

    Salud.

    ResponderEliminar