jueves, 9 de julio de 2015

Bucles.

Deberíamos olvidar todo infortunio actual o pasado,
afrontar con cierto estoicismo cada tragedia, 
recordar que, alguna vez existieron asideros
entre las falanges de nuestras manos,
envolver el exceso de orgullo y arrojarlo a la mar,
convencernos de que esto solo es el exordio de nuestra historia,
cambiar el rumbo de la narración,
alimentar este insufrible insomnio a base de caricias,
dejar que nuestras sábanas reciban cada milímetro
que nos constituye con agasajo,
lamernos la tristeza con minuciosidad,
y volver a unirnos.


Pero al final nunca nos sobran los motivos,
y yo, tan propensa a las recaídas,
dejo tornarse insoportable este malestar, 
que finalmente acaba por volverme incapaz,
carente de algo por lo que luchar,
impasible ante las adversidades,
esquiva ante la posibilidad de encontrar
aquello por lo que despertar cada mañana,
huidiza a volver a encontrarte.


4 comentarios:

  1. Es más fácil huir de aquéllo que nos hizo daño que aguantar estoicamente y encarar el temporal. Pero a veces es necesario, aunque sólo sea para coger fuerzas, o aire, o ayuda para saber cómo hacerlo.
    un besoo!

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  3. Viste que cuando uno vuelve todo es distinto...
    Así sentí hoy tu texto. Le falta el toque poético que tanto latía en anteriores escritos, así como también las palabras finas, por llamarlas de alguna manera. Estas ultimas fueron muy bien reemplazadas por otras mas fuertes, certeras y muy directas.
    Tomar el orgullo por los cuernos y arrojarlo lejos...Creo que es uno de los secretos mas grandes con que enfrentarlo todo, así como cambien el mas difícil.
    Es por eso que me identifico de nuevo....ya acostumbrada a ello cada vez que te leo, porque también puedo describirme isa...
    "y yo, tan propensa a las recaídas"

    Bienvenida. Un beso grande! Espero estes muy bien!

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  4. Genial, como todo lo que escribes, como todo lo que creas.

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